miércoles, 27 de julio de 2011

La sucia Tasa


Leo con preocupación la noticia avanzada por la Alcaldesa de Aranjuez, María José Martínez, sobre la imposibilidad de proceder a la retirada automática de la Tasa de Basura en Aranjuez, tal y como se había comprometido reiteradamente a lo largo de los meses previos a las Elecciones Municipales.

Mi preocupación no viene del momentáneo incumplimiento de su compromiso –seguro que a lo largo de su primera legislatura satisfará el contrato firmado con los ciudadanos- sino por la realidad que enfaja esta decisión.

¿Qué situación habrá encontrado –a pesar de lo que ya suponía- que la obliga a no cumplir con uno de los compromisos primeros que adquirió con nosotros, con los ribereños? ¿Qué no habrá encontrado en los cajones, debajo de las alfombras, en los estantes de las librerías?

¿Hasta qué punto el ex alcalde Dionisio dejó tras de él la tierra quemada? Mejor dicho, ¿somos capaces de conocer en este momento la intensidad con la que arrasó a su paso? Sinceramente creo que no. Seguro que –para desgracia de todos nosotros- los meses venideros seguirán siendo un continuo escenario en el que tragar saliva será la alternativa necesaria para digerir lo que iremos conociendo.

Frente a esto hemos de conceder el margen de maniobra necesario a nuestra Alcaldesa para que pueda ir poniendo en orden lo que, sin ningún género de dudas, hoy por hoy está patas arriba. Y no hablo de callar amigos blogueros, sino de contribuir con nuestra opinión, con nuestras ideas y con nuestros hombros, arrimándolos cuando sea preciso.

Aranjuez es posible. Nuestra ciudad tiene un futuro para recorrer y tengo claro, porque se lo he escuchado, que María José Martínez sabe los pasos a dar para que nos movamos todos hacia ese futuro. Tiene, tenemos claros, cuales son los recursos que hemos de utilizar, cuales las herramientas y los objetivos para –de una vez por todas- conseguir que Aranjuez juegue en el concierto nacional al nivel que todos deseamos. Lamentablemente algunos son capaces –han sido capaces- de manosear nuestros recursos sin conciencia.

Ahora nos toca a todos, con nuestra actitud de beligerante apoyo a nuestro recientemente estrenado gobierno municipal, darles el marco de confianza y paciencia necesario para que puedan hacer su trabajo por la ciudad y para los ciudadanos sin más tensiones que las necesarias.

Al fin y al cabo, un Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad no es flor ni fruto de un día y ocho años de manoseante y grosera gestión no pueden haber destruido todas sus posibilidades.